Hoy el día nos ha regalado media hora más de sueño, que siempre es bueno. El motivo era que la jornada de la mañana de hoy ha estado dedicada a la reflexión espiritual. Algunos de los hermanos que ya han participado en un CG decían que siempre se empezaba con unos días de Ejercicios Espirituales. Pues, en este Capítulo, esa preparación espiritual que predispone a abrir el corazón y ponerlo a la escucha del Espíritu Santo se desarrolla en tres mañanas dedicadas a la oración y la interioridad.

La de hoy ha sido la primera y estuvo conducida por don Rossano Sala. Quizá alguno recuerde que pasó por nuestra inspectoría (con paradas en Barcelona, Sevilla y Zaragoza) para hablarnos del Sínodo de los Jóvenes. Con el título «La prioridad de la misión salesiana entre los jóvenes de hoy» nos ha ido aproximando a dos núcleos fundamentales: los encuentros de Jesús con los jóvenes y cómo Don Bosco descubrió su misión. Un tercer núcleo, en el que se mencionaban las dificultades que Don Bosco tuvo en el camino, cerraba este bloque de reflexión. Después, un tiempo personal para la oración, lectura, silencio y reflexión personal para meditar, orar y hacer de uno mismo esta reflexión. Personalmente, tengo que decir que, para mí, este ha sido uno de los momentos más bonitos del CG. La eucaristía, presidida por el propio don Rossano, ponía el punto final a la mañana.

La tarde, a partir de las 15.30, nos convocaba por grupos de Región para compartir las resonancias de las comunicaciones de los diferentes Consejeros de sector y de región que habíamos escuchado los dos días anteriores. Centrados en los desafíos y los retos, el grupo de la Región Mediterránea ha sido ágil, con mucha participación y, desde mi punto de vista, haciendo hincapié en algunos puntos cruciales para nuestro futuro como Salesianos al servicio de los jóvenes hoy en Europa: nuestra identidad carismática, la significatividad de nuestra vida en medio de los jóvenes y qué estrategias formativas y de acompañamiento son necesarias para que los Salesianos lo llevemos adelante. Y sobre todo, lo vivamos.

Las buenas noches, a cargo de don Guido, director de la casa de Valdocco, nos han acercado un poco más a la experiencia de acogida de jóvenes y peregrinos que en esta casa tiene lugar durante todo el año.

Después de la cena hemos tenido la oportunidad de disfrutar de un concierto a cargo de la coral de la Basílica de María Auxiliadora.

Durante jueves y viernes seguiremos con este mismo esquema, si bien variando el tema de la reflexión de la mañana y el foco de reflexión de los grupos de región. Personalmente, sigo dando gracias a Dios y a los hermanos por tener la oportunidad de vivir esta experiencia. Gracias. En comunión.