Hoy hemos empezado la Cuaresma. Una más, pero en esta ocasión la vamos a vivir en un lugar especial: Valdocco. Según la previsión original del CG, hoy deberíamos haber ido al Colle Don Bosco y a Chieri. Allí tendría lugar nuestro retiro. Como andamos a vueltas con las medidas de prevención por el dichoso virus, pues nos hemos quedado en Valdocco con mucha calma y paz para vivir el retiro programado. El milagro ha llegado cuando, un trocito del corazón de Chieri, ha venido a Valdocco.

El director del Colle Don Bosco, acompañado por unos jóvenes, nos decía muy emocionado que un buen grupo de jóvenes y adultos de la Familia Salesiana habían preparado una visita a Chieri con dramatizaciones incluidas en cada lugar importante de la vida de Don Bosco. Ha logrado transmitirnos su emoción de corazón a corazón. Hemos visto un precioso vídeo con el que hemos podido hacernos una idea de lo que hubiéramos visto y nos han obsequiado con algunos detalles, entre ellos, una estola morada para esta cuaresma que hoy utilizaremos en la celebración de la ceniza.

Con esta inesperada pero ideal ambientación hemos comenzado nuestro retiro. Don Pascual Chávez, Rector Mayor emérito, ha dirigido la meditación. “Carta de Roma 1884: El Evangelio de Don Bosco”, este ha sido el título de la reflexión. Tomando la carta de Roma, nos ha invitado a meditar y orar a partir de una ‘relectura’ desde algunas claves carismáticas: saber utilizar el lenguaje del amor; comprender a los jóvenes; dar importancia a la felicidad; estar presentes; superar los formalismos; compartir la acción.

Cada una de las claves anteriores ha sido muy iluminadora para mí. Pero me gustaría destacar tres ideas de la conclusión que hoy me han ayudado en la oración que tienen que ver con nuestra forma de estar presentes entre los jóvenes y con tres aspectos fundamentales de la vida consagrada:

1. La persona de cada consagrado, el tono de su vida, aquello en lo que cree y por lo que hace sus elecciones: somos consagrados y no trabajadores sociales.
2. La vida de la comunidad, su capacidad de acogida, su estilo de relaciones, la implicación en el contexto que vive, la cercanía con la gente: la comunidad como signo de fraternidad y de la presencia de Dios en la familia humana.
3. El tipo de servicio que ofrecemos, los medios, la mentalidad con la que lo prestamos: lo nuestro no es filantropía, sino la revelación de que Dios es amor.

Por la tarde, tras un breve encuentro de la comisión de trabajo, en la que hemos establecido la metodología para próximos encuentros, hemos tenido la Celebración del miércoles de ceniza en la Basílica de María Auxiliadora.

Comenzaba la reseña diciendo que esta cuaresma la viviremos en Valdocco. En el texto del evangelio de hoy, Jesús nos habla de un Padre que “ve en lo escondido”, que busca el encuentro con la persona para generar vida desde la intimidad, desde “lo escondido”. Vivir la cuaresma aquí, donde Don Bosco aprendió a vivir en intimidad con Dios al ritmo de la vida cotidiana del oratorio, y donde también acompañó a los jóvenes para que ellos descubrieran también esa intimidad con Dios, es un lugar privilegiado para empezar el camino hacia la Pascua.